¿Cuáles son los gastos ocultos al comprar una propiedad?
La compra de una propiedad no solo implica abonar su precio, sino también considerar los impuestos, tasas y honorarios que conlleva toda operación inmobiliaria.
A diferencia de lo que sucede con la adquisición de cualquier otro bien, comprar un inmueble es un proceso más complejo. Además de la significativa inversión de dinero, pueden surgir gastos “ocultos” que alteran el presupuesto inicial.
Los impuestos y tasas, gastos notariales y registrales, tasaciones, honorarios profesionales, costos de mudanza y hasta reformas o arreglos de la propiedad son algunos de los gastos más comunes que conviene tener en cuenta.
Para formalizar la adquisición de un inmueble, este debe escriturarse. Aquí es donde surgen los primeros costos que muchos compradores desconocen. El comprador debe abonar el Impuesto de Sellos, que equivale al 1,75% del precio de la propiedad registrado en la escritura, aunque se reduce si se trata de una vivienda única y familiar. También existe la tasa registral, que se paga para inscribir el inmueble en el Registro de la Propiedad Inmueble (RPI) y que actualmente puede ser de solo el 0,3%.
En cuanto a los gastos por honorarios profesionales, hay que considerar los vinculados con el proceso de escrituración de la escribanía, que suelen oscilar entre el 1% y el 2% del valor de la propiedad. Además, la inmobiliaria cobra una comisión que puede variar entre el 3% y el 4% del precio de la propiedad adquirida. También se suma el aporte notarial, un costo extra que se abona a la escribanía y que tiende a ser del 0,1% como máximo.
Es importante tener en cuenta que, en un contexto de expansión del crédito hipotecario, es fundamental analizar el Costo Financiero Total (CFT) que ofrece cada banco. Este indicador permite conocer el valor real del préstamo, incluyendo todos los cargos de la operación, como la Tasa Nominal Anual (TNA), seguros, comisiones de apertura, evaluación crediticia, IVA sobre intereses y otros gastos e impuestos relacionados con la obtención del préstamo.
Más allá de impuestos y honorarios, todo comprador debe evaluar otros aspectos. Los costos de mudanza son evidentes pero no menos significativos. Estos dependen del volumen de pertenencias a trasladar y la distancia y el tiempo implicados.
Cuando se compra una casa antigua o en mal estado, es crucial contemplar los costos de refacción. Además de las reformas o mejoras que el propietario desee realizar, es importante considerar los costos de reparaciones necesarias, que son imprescindibles para la habitabilidad del inmueble. En este caso, una estrategia es estimar estos gastos para negociar (y potencialmente reducir) el precio de venta.
La compra de una propiedad representa uno de los momentos más esperados para muchas personas. Por eso, conocer todos los gastos y trámites involucrados es esencial para que esa experiencia no se vea empañada por sorpresas inesperadas.
Fuente: LA NACION