Pintar vs Papel Tapiz: ¿Cuál Opción es Más Económica?

Pintar vs Papel Tapiz: ¿Cuál Opción es Más Económica?

¿Qué es más barato, pintar o poner papel tapiz?

No es una elección sencilla y necesita varios aspectos a considerar antes de inclinarse por uno u otro, no solo el costo.

*29 de septiembre de 2025*
*18:36*
*Por Silvina Vitale*

Las renovaciones en nuestro hogar implican planificación y tomar buenas decisiones; el objetivo primordial es darles una nueva vida a los espacios cotidianos. Suele ocurrir que, al querer renovar las paredes, entramos en la disyuntiva de pintar o recurrir al empapelado. Pero, ¿cuál es mejor?

La arquitecta Valeria Damiani, jefa de Personalización de la desarrolladora Spazios, asegura que, sin dudas, cuando la pared es un lienzo en blanco, surge la duda. “La respuesta no es sencilla, ya que cada opción implica un balance distinto entre presupuesto, durabilidad, estilo y el trabajo de instalación”, advierte.

Para la arquitecta, hay factores clave a tener en cuenta antes de tomar una decisión, ya que son los que impactarán en el presupuesto, el tiempo de obra y la calidad del resultado final. Entre otros, estos son: en primer lugar, el estado de la pared; si esta requiere reparaciones, enduido o revoque fino, los costos y el tiempo de preparación aumentarán drásticamente, especialmente en el caso de la pintura.

Otro punto a considerar son los materiales. Por un lado, las pinturas tienen una amplia gama de precios según su calidad y función (lavables, antihumedad, antimoho), lo que permite ajustar el presupuesto. El papel tapiz, en cambio, varía en precio según el diseño, la textura y si es nacional o importado, siendo este último el de mayor costo. También hay que tener en cuenta la mano de obra; por ejemplo, la colocación de papel exige mayor precisión y especialización que la pintura, lo que se reflejará en un costo total significativo por m² sin materiales. Por último, también entran en juego la durabilidad y el estilo; en ese sentido, el papel ofrece acabados más decorativos y una mayor vida útil, mientras que la pintura es más flexible y económica a la hora de cambiar colores o estilos frecuentemente.

La pintura de paredes la puede hacer uno mismo cumpliendo con los requisitos necesarios, en cambio, la colocación de empapelados requiere de mucha prolijidad y profesionalismo.

Pintura o Empapelado

Damiani sostiene que la pintura es la herramienta por excelencia cuando se busca simplicidad y adaptabilidad. Tiene una flexibilidad cromática, lo que permite una paleta de color ilimitada, ideal para espacios donde se prevén cambios de color frecuentes o rápidos sin una inversión estructural. Por otro lado, la pintura, a través de sus preparaciones como el enduido, puede ser una solución eficaz para homogenizar paredes con pequeñas irregularidades, aunque esto requiere un proceso invasivo de lijado y varias manos que puede afectar el presupuesto de mano de obra. Además, su mantenimiento es sencillo, aunque tiene una durabilidad limitada ya que una pintura óptima dura solo dos a tres años, lo que exige repintados periódicos.

En cambio, la arquitecta advierte que el papel tapiz se elige cuando la prioridad es la durabilidad, la velocidad de terminación y la profundidad estética que se le quiere dar al espacio. “El papel tapiz tiene impacto visual y resulta insustituible para crear efectos texturados, patrones geométricos y riqueza visual” que elevan el nivel de diseño de cualquier ambiente.

Los empapelados crean paredes protagonistas. Jugar con los empapelados en diversos espacios y porciones de pared es la apuesta actual. Además, asegura que tiene una durabilidad superior, ya que un empapelado puede alcanzar los 10 a 20 años, lo que lo convierte en la opción más rentable a largo plazo. Asimismo, destaca la rapidez de colocación; en ese sentido, un ambiente puede estar terminado en un solo día, siendo un proceso mucho más limpio y menos invasivo que el trabajo de lijado y aplicación de pintura. Por otra parte, muchos papeles modernos ofrecen una alta resistencia al desgaste y son lavables, facilitando la limpieza diaria.

Haciendo cuentas y sacando costos

Damiani sostiene que, si se piensa en realizar un trabajo de pintura para un dormitorio de 20 m² aproximadamente, con mano de obra y materiales incluidos, la inversión final estimada es de entre $310.000 y $450.000 para dos manos de pintura lavable. En cuanto al empapelado para ese mismo espacio, la cifra se eleva a $538.984 si se elige uno de origen nacional y a $650.992 si se elige uno importado.

“La decisión final en un proyecto de calidad no se basa solo en el costo inicial, sino en el retorno de la inversión en diseño y durabilidad”, aclara la especialista. Y añade: “Si el objetivo es la máxima durabilidad, un diseño decorativo y minimizar las futuras molestias de obra a lo largo de una década, el papel tapiz es la elección arquitectónica que aporta mayor valor”.

Por último, sugiere que para reducir el costo total sin renunciar al impacto estético que ofrece el papel tapiz, una opción viable es la combinación de ambas técnicas. “Una alternativa viable es utilizar la pintura en los muros generales y, a la vez, aplicar un empapelado de alto diseño en una única pared principal o de mayor impacto”. Así se logra generar un foco visual y un ambiente con gran personalidad, optimizando de manera inteligente la inversión.

El empapelado puede ser solo un detalle en una pared o un sector del ambiente.

Por Silvina Vitale.