Douglas Tompkins: Empresario Visionario que Donó 850.000 Hectáreas a Argentina y Chile para la Conservación Ambiental

Douglas Tompkins: Empresario Visionario que Donó 850.000 Hectáreas a Argentina y Chile para la Conservación Ambiental

¿Quién fue Douglas Tompkins?

El importante empresario que compró y donó 850.000 hectáreas a la Argentina y Chile

Douglas Tompkins nació en Ohio, Estados Unidos, en 1943. Cofundó las marcas The North Face y Esprit, dos referentes globales en ropa y equipamiento. Durante décadas acumuló fortuna, influencia y reconocimiento. Sin embargo, a fines de los años 80, rompió con ese esquema. Vendió sus empresas, renunció a la vida corporativa y se trasladó al sur de Chile. Desde entonces, dedicó su tiempo y dinero a un objetivo: proteger ecosistemas amenazados mediante la compra de tierras privadas que luego donó al Estado para su conservación.

Desde 1990, Tompkins adquirió más de 800.000 hectáreas en la Patagonia argentina y chilena. En 2019, tres años después de su muerte, su esposa Kristine McDivitt Tompkins concretó su deseo: donó de forma oficial esos territorios, conformando la mayor cesión de tierras privadas para conservación en la historia reciente, algo sin precedentes.

Una vida dedicada al ecologismo

Durante más de dos décadas, Tompkins lideró un proceso sin precedentes en la región. Fundó organizaciones como The Conservation Land Trust, Pumalín, Yendegaia y Conservación Patagónica. Diseñó un modelo replicado en varias provincias: adquirir campos degradados, restaurar ecosistemas, reinsertar fauna nativa y, finalmente, donar esas áreas al sistema nacional de parques.

En Chile, impulsó el Parque Pumalín, un santuario natural de más de 300.000 hectáreas de selva valdiviana. En Argentina, hizo posible la creación del Parque Nacional Monte León y desarrolló el proyecto Iberá, en Corrientes. En este último caso, su fundación compró 150.000 hectáreas vecinas a la reserva existente para crear el futuro Parque Nacional Iberá, hoy el más extenso del país.

Críticas y desafíos

Los métodos de Tompkins despertaron críticas, especialmente en sectores productivos. Lo acusaron de querer apropiarse de acuíferos estratégicos, de obstaculizar la actividad ganadera o de esconder intenciones geopolíticas. En una de sus últimas entrevistas, respondió: “Estoy acostumbrado a las críticas. Me acusan de todo tipo de cosas, pero tengo el cuero de un político. A veces es tragicómico”.

El compromiso con la conservación

Douglas Tompkins falleció en 2015, en la Patagonia chilena. “Hay un asalto a los suelos agrícolas en todo el mundo. La biodiversidad es la madre de todas las crisis. Si la perdemos, desaparece todo”, sostuvo en una entrevista publicada por el diario La Nación en 2012. Su visión se basaba en una premisa: el equilibrio entre desarrollo económico y cuidado del ambiente no existe si se ignoran las leyes de la naturaleza.

En el caso argentino, sus iniciativas se extendieron a la provincia de Santa Cruz, donde donó la estancia El Rincón, de 15.000 hectáreas, hoy parte del Parque Nacional Perito Moreno. También participó de la consolidación del Parque Nacional Monte León, en la cuenca del río Santa Cruz.

Un legado ambiental

Pese a las resistencias iniciales, con el tiempo ganó respeto en comunidades locales y organismos estatales. En 2005, el presidente Ricardo Lagos declaró santuario natural a Pumalín. En Argentina, diversos gobiernos aceptaron sus donaciones sin objeciones. “No conozco un país que rechace tierras privadas para ampliar su patrimonio ambiental”, sostuvo.

Tompkins falleció en 2016, a los 72 años, en un accidente de kayak en el Lago General Carrera, en la Patagonia chilena. Kristine McDivitt, su esposa y exdirectora ejecutiva de Patagonia Inc., continuó su legado. En 2019, formalizó la entrega de 400.000 hectáreas en Chile y otras decenas de miles en Argentina. Así concluyó un proceso de casi tres décadas.

Referente en conservación sustentable

Hoy, el modelo que impulsó sirve de referencia en América Latina. La combinación de capital privado, estrategia de largo plazo y compromiso con la biodiversidad demostró que la filantropía ambiental puede tener impacto estructural. Aunque persistieron las dudas sobre sus motivaciones, su legado quedó materializado en parques, senderos, especies recuperadas y ecosistemas restaurados.

“No queremos quedarnos con nada. Nuestro sistema consiste en donar todo lo que adquirimos. No aguantaremos más que una nación. Por eso, los hábitats deben quedar en manos de los Estados. Son ellos quienes deben proteger el patrimonio común”, afirmó Tompkins en su momento.

En una región marcada por conflictos territoriales, avance agrícola y deforestación, la obra de Tompkins sobresale por su magnitud, persistencia y resultado. Su vida combinó el éxito empresarial con una entrega total a la causa ambiental, incluso en contextos adversos. A modo de despedida, alguna vez declaró: “Espero que me recuerden como alguien que llevó la bandera verde durante algunos años. Que esta generación avance más que la mía. Yo solo fui una anomalía”.