Alerta de Empresarios: Falta de Crédito para Comprar Departamentos Nuevos en el Mercado Inmobiliario

Alerta de Empresarios: Falta de Crédito para Comprar Departamentos Nuevos en el Mercado Inmobiliario
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“No hay plata”: la alerta de los empresarios “inconformes” porque el crédito solo se da para comprar departamentos usados

Los especialistas del mercado inmobiliario se reunieron en BATEV para repensar el futuro del sector y se mostraron ansiosos por el financiamiento en pozo.

Hoy el mercado inmobiliario se mueve por el efecto que generaron los créditos hipotecarios. “¿Si en vez de financiar al usado, financiamos lo nuevo?”, preguntó Federico González Rouco, economista especializado en vivienda, invitando a repensar el mercado del crédito hipotecario en Argentina. En el primer panel que dio inicio a BATEV 2025, que se lleva a cabo en La Rural de Palermo, encuentro que reunió a los principales expertos de la construcción y del mercado inmobiliario en general.

El eje central de la primera charla fue la necesidad de poner foco en la financiación de proyectos en pozo para reactivar el sector de la construcción, un dinamizador de la economía.

Hoy el mercado inmobiliario se mueve por el efecto que generaron los créditos hipotecarios: solo financian unidades usadas, por lo que la demanda se centra allí. Pero las obras en construcción atraviesan un momento complicado con costos que se duplicaron en dólares en los últimos 12 meses.

En este sentido, Carlos Spina, director de Argencons, abrió el evento aclarando que se despedía de la presidencia de la Asociación de Empresarios para la Vivienda (AEV), e insistió en la necesidad de pensar en un ciclo en el que financie el flujo y no el stock. “No hay plata”, dijo el socio de Argencons refiriéndose a que los bancos aumentaron las tasas de interés de sus líneas de préstamos hipotecarios y desafió a pensar un ciclo crediticio que permita sostener la obra en construcción, en lugar de agotar las ventanas de crédito en la compra de unidades usadas.

Luego González Rouco aportó contexto sobre la situación actual: en Argentina se otorgan unos 3000 créditos hipotecarios mensuales para un país de 16 millones de hogares. “El volumen que tenemos para crecer es infinito”. Este financiamiento representa solo el 0,2% del PBI, “uno de los peores del mundo”, mientras que en Chile es el 28%. “Si estamos hablando de esto ahora es porque el valor del m2 no subió y, en dólares, subió todo lo demás”.

Si se analiza el crédito a la construcción, “es solo el 2% del total cuando hace 30 años era el 7%”, detalló el economista. “Este financiamiento no es para las empresas desarrolladoras de vivienda, sino para la obra pública”, dijo y agregó: “Si le preguntamos a empresarios de la construcción ¿qué medida podría ayudarlos?, responden que necesitan financiamiento”.

Del lado de la demanda la situación es complicada: cuatro de cada diez jóvenes siguen viviendo con sus padres o abuelos. “Esos jóvenes no logran el pago inicial que se necesita para pedir un préstamo hipotecario, ya que, de tenerlo, deberían haber ahorrado en los últimos 10 o 15 años el 25% de su sueldo”, explicó Rouco.

“El mercado de créditos no existe. Tenemos que pensar en otra cosa”, insistió Rouco, advirtiendo además que se viene un “cuello de botella” que amenaza con empantanar aún más la construcción. “Estamos en el peor momento de la construcción”, redobló el economista.

Una declaración que avaló Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), y confirmó que el sector está “al límite de rentabilidad” y aguarda con urgencia la implementación de las ya decretas hipotecas divisibles y el crédito a proyectos en pozo que puedan tomar los compradores, aunque advirtió que solo con esto no alcanza: “Hay tareas pendientes puertas adentro de las empresas, pero también de los bancos”.

Por su parte, Jorge Cruces, director de IRSA, coincidió en que los desarrolladores “están ansiosos” y buscan “apuntalar al usuario más que al inversor”, por lo que empezaron a actuar como garantes bancarios en forma transitoria “hasta que salga la financiación”.

Santiago Tarasido, CEO de la constructora CRIBA, puso sobre la mesa el problema del déficit de tres millones de viviendas y criticó la costumbre de “regalar o pagar cash” los inmuebles. “Son caminos con los que no vamos a resolver ese problema estructural”, afirmó. Falta el “ministerio del mientras tanto”, dijo y alertó en la necesidad de mejorar la productividad y abaratar los costos de un sector en el que “la mano de obra representa el 50% del costo del metro cuadrado”.

Por su parte, Gustavo Llambías, vicepresidente de la AEV, dijo que vienen de “una historia en la que el Gobierno construyó casas caras y se las entregó a la gente equivocada” y coincidió con sus colegas en que apoyan la línea del Gobierno actual sobre que se corra de la intervención porque es un tema de los “privados”. Al mismo tiempo, apoyó una mayor desregulación, control de la inflación y la generación de instrumentos financieros específicos para el sector.

Sobre el final de la charla, González Rouco reconoció que la transición será “costosa”, pero que definitivamente “vamos hacia un mercado con más financiamiento y mejor regulación”.

Fuente: LA NACION

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